Tener un coche no es solo conducirlo: también es cuidarlo. Un mantenimiento preventivo adecuado puede marcar la diferencia entre un vehículo fiable durante muchos años… o enfrentarse a averías costosas, fallos inesperados y depreciación acelerada. En este post te contamos por qué es fundamental, qué incluye un buen mantenimiento preventivo, y cómo planificarlo para sacar el máximo partido a tu coche.


¿Qué es el mantenimiento preventivo?

El mantenimiento preventivo es el conjunto de revisiones, controles y acciones periódicas realizadas cuando el vehículo aún funciona correctamente —no estás esperando a que surja una avería. La idea es prevenir problemas antes de que aparezcan. Esto incluye desde controles básicos como niveles de líquidos o presión de neumáticos hasta revisiones más complejas como frenos, filtros, suspensión o componentes eléctricos.

Este enfoque contrasta con el mantenimiento reactivo (o correctivo), que se limita a reparar lo que ya está roto. Con el preventivo:

  • Detectas posibles fallos con antelación
  • Evitas riesgos de seguridad (averías en carretera, fallos en frenado, etc.)
  • Alargas la vida útil del vehículo
  • Mantienes un valor de reventa más alto

Principales puntos a revisar en el mantenimiento preventivo

Un buen mantenimiento preventivo debe incluir varias capas de comprobaciones. Entre los más importantes:

1. Niveles y fluidos esenciales

  • Aceite del motor: revisa su nivel y calidad; cámbialo según recomendaciones del fabricante.
  • Líquido de frenos y refrigerante.
  • Líquido de la dirección asistida (si aplica).
  • Líquido del limpiaparabrisas y anticongelante.

2. Neumáticos y suspensión

  • Presión de neumáticos: adecuada a la carga y temperatura.
  • Estado del dibujo del neumático: desgaste uniforme, profundidad legal.
  • Suspensión y amortiguadores: revisa holguras, ruidos o pérdida de confort.

3. Sistema de frenado

  • Pastillas y discos de freno.
  • Líquido de frenos.
  • Funcionamiento del freno de mano y frenos auxiliares.

4. Sistema eléctrico y luces

  • Faros, intermitentes, luces traseras, luces de emergencia.
  • Comprobación de luces diurnas, luces antiniebla, luz de freno.
  • Batería: carga, bornes limpios, estado general.

5. Filtros y aire acondicionado / ventilación

  • Filtro de aceite, aire, combustible y habitáculo.
  • Verificar el sistema de climatización, especialmente en cambios de estación.

6. Revisión de seguridad general

  • Estado de los cinturones, airbags, cerraduras.
  • Revisión de espejos, limpiaparabrisas, lunas.
  • Revisión del sistema de escape, niveles de emisiones si procede.

¿Con qué frecuencia conviene hacer mantenimiento?

Todo depende del tipo de uso que le des al vehículo —kilometraje, ciudad o carretera, carga, condiciones climáticas, etc.— pero como norma general:

  • Revísalo cada 6 meses o 10.000 km, lo que antes ocurra.
  • Cambios de aceite y filtros cada 15.000 – 30.000 km (según fabricante).
  • Neumáticos cada vez que cambie la estación; presión mensual.
  • Frenos y suspensión al menos 1 vez al año.
  • Sistemas eléctricos y luces revisar antes de viajes largos.

Con un programa regular, evitas que pequeños desperfectos se conviertan en averías graves.


Beneficios del mantenimiento preventivo

Hacer un buen mantenimiento preventivo trae múltiples ventajas:

  • Seguridad: reduces el riesgo de accidentes por fallos mecánicos o eléctricos.
  • Ahorro: reparaciones menores son mucho más baratas que arreglos importantes; además, mejora la eficiencia del combustible.
  • Confort y fiabilidad: el coche responde mejor, con mayor estabilidad, menos ruidos y menos imprevistos.
  • Valor de reventa: un coche con historial de mantenimiento regular mantiene mejor su valor a la hora de venderlo o cambiarlo.
  • Sostenibilidad: vehículos bien mantenidos contaminan menos y consumen menos recursos.

Mantenimiento si tienes un coche en renting

Si tu vehículo está bajo la modalidad de renting, el mantenimiento preventivo cobra aún más sentido:

  • En la mayoría de contratos de renting, el mantenimiento y revisiones están incluidos, lo que significa que no tienes que preocuparte por los gastos de mantenimiento.
  • Esto garantiza que el vehículo se revisa de forma regular y profesional, manteniendo su estado óptimo durante todo el contrato.
  • También evita penalizaciones por desgaste excesivo o negligencia al devolver el vehículo.

Así que contratar un renting y mantener un plan preventivo activo suele ser la forma más cómoda, segura y rentable de conducir.


Consejos prácticos para un buen mantenimiento preventivo

  1. Crea un calendario de revisiones — basándote en el kilometraje o fechas.
  2. Guarda un registro histórico — revisiones, cambios, reparaciones. Esto ayuda si vendes el coche o lo devuelves (si es renting).
  3. Confía en talleres oficiales o de confianza — para asegurar uso de recambios de calidad.
  4. Anticípate a los cambios de estación — revisa neumáticos, luces, climatización.
  5. Haz revisiones periódicas aunque el coche esté en renting: aunque esté incluido, mantener el control personal ayuda.

El mantenimiento preventivo es mucho más que una serie de comprobaciones periódicas: es una filosofía de cuidado del vehículo que protege tu inversión, tu seguridad y te evita gastos innecesarios a largo plazo.

Ya tengas un coche propio o de renting —y especialmente este último—, mantener un plan preventivo activo es clave para disfrutar de una conducción tranquila, eficiente y prolongar la vida útil del vehículo.

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