En diciembre de 2025 se ha producido una noticia que ha sacudido al sector del motor en Europa: la Unión Europea ha propuesto flexibilizar o incluso abandonar la prohibición total de venta de coches de gasolina y diésel prevista para 2035, en respuesta a la presión de fabricantes y algunos gobiernos con fuerte industria automovilística.
Este cambio supone un paso atrás respecto a los objetivos más ambiciosos de electrificación que venía empujando Bruselas, y abre un debate sobre el futuro real de los motores de combustión interna en el continente y su impacto económico y medioambiental.
¿Qué ha propuesto exactamente la UE?
En lugar de mantener la meta de que, a partir de 2035, solo se puedan vender coches cero emisiones, la Comisión Europea ha planteado:
- Reducir el objetivo al 90 % de reducción de emisiones de CO₂ para 2035, permitiendo que hasta el 10 % de los nuevos vehículos vendidos puedan seguir siendo motores de combustión o híbridos.
- Que esos vehículos que sigan emitiendo se compensen mediante el uso de acero de bajo carbono o combustibles sintéticos/biofuels.
- Que híbridos enchufables, híbridos tradicionales y motores térmicos con tecnologías neutras en carbono sigan siendo comercializados más allá de esa fecha.
Estas propuestas todavía deben ser negociadas y aprobadas por el Parlamento Europeo y los Estados miembros antes de convertirse en ley.
¿Por qué se produce este cambio?
Detrás de esta decisión hay varias razones:
✅ Presión de la industria tradicional
Países con gran peso en la fabricación de coches con motor térmico —como Alemania e Italia— han hecho oír su voz, argumentando que el objetivo 100 % eléctrico para 2035 era irrealista y peligroso para la competitividad de sus industrias.
✅ Dificultades del mercado de eléctricos
A pesar del crecimiento de los coches eléctricos, la adopción no ha sido tan rápida como se esperaba en algunos segmentos, y las infraestructuras de recarga no avanzan al ritmo necesario para un cambio completo en menos de una década.
✅ Presión política y empleo
Gobiernos como el alemán han defendido que una prohibición total podría afectar a empleos y cadenas de valor ya instaladas en sus economías, provocando tensiones sociales y económicas.
¿Qué dicen los que apoyan y los que critican?
🟢 Industria automovilística y fabricantes
Los fabricantes europeos han acogido con alivio el paso atrás, ya que les ofrece más tiempo para amortizar inversiones en motores de combustión y mantiene opciones para consumidores que todavía no han adoptado en masa los eléctricos.
🔴 Organizaciones medioambientales
Por otro lado, asociaciones como Transport & Environment alertan que este repliegue puede provocar una caída de hasta un 25 % en las ventas de eléctricos para 2035 si las señales políticas se debilitan demasiado.
Greenpeace España ha criticado que esto es una “marcha atrás en la movilidad sostenible” que puede perjudicar tanto el clima como la salud pública.
¿Qué significa para el futuro del automóvil?
Más tiempo para los motores térmicos
Este cambio podría significar que los coches con motor de gasolina, diésel o híbridos sigan siendo una parte del mercado durante más tiempo de lo previsto originalmente, sobre todo en segmentos donde todavía hay dudas sobre la autonomía eléctrica o el coste de adquisición.
Flexibilidad tecnológica
Permitir tecnologías “neutras en carbono” como combustibles sintéticos y biocombustibles —siempre que se demuestre su efectividad medioambiental— puede convertir a los motores tradicionales en una alternativa menos contaminante que antes.
Señales mixtas al mercado
La industria, los consumidores y los inversores podrían recibir señales contradictorias: por un lado se promueve la electrificación; por otro, se da espacio a los motores térmicos con tecnología híbrida o combustibles alternativos. Esto puede ralentizar decisiones de compra o inversión hacia los eléctricos.
Escenario global: China y otros mercados
Mientras Europa revisa sus planes, otros mercados como China continúan acelerando la electrificación, tanto en producción como en ventas, lo que podría consolidar su liderazgo global en vehículos eléctricos y baterías en los próximos años.
¿Fin del combustible o simple aplazamiento?
El reciente cambio de rumbo en la UE no marca el final inmediato del coche de gasolina o diésel, pero sí es un indicador de que la transición energética es más compleja de lo esperado.
El mercado automovilístico se encuentra en un punto de inflexión:
- Las tecnologías eléctricas siguen avanzando,
- La presión por reducir emisiones continúa,
- Pero la industria tradicional reclama más tiempo y flexibilidad.
Al final, la movilidad del futuro probablemente no será unidireccional, sino un equilibrio entre tecnologías que coexistan mientras se desarrollan soluciones más limpias y eficientes.
Resumen de la situación europea
| Ámbito | Cambios introducidos |
|---|---|
| Prohibición 2035 | Se reduce a retener 90% reducción de CO₂ con flexibilidad tecnológica |
| Vehículos permitidos | Gasolina, diésel, híbridos y eléctricos coexisten tras 2035 |
| Compensaciones | Uso de acero bajo carbono o combustibles sintéticos |
| Debate | Industria satisfecha, ecologistas preocupados |
| Liderazgo global | China sigue creciendo en EV y tecnología de baterías |

• CEO TodoRenting.es

